domingo, 26 de julio de 2009

Estafadores como estrellas en el cielo


Desde tiempos inmemoriales a los hombres (entiéndase hombre como sinónimo de humanidad, feministas) les ha atraído enormemente el universo que les rodea, y más concretamente, el cosmos, esa negrura infinita salpicada de diamantes gaseosos (impresionante mi poesía), cuyo estudio ha ido avanzando, como todo, con el paso de los siglos. Ya el padre de la astronomía moderna Galileo Galilei trataba con desesperación de mejorar el modelo de telescopio inventado por.... aquí se podrían insertar numerosos nombres, pero nos vamos a quedar con el que más nos interesa, es decir, el español Juan Roget en 1590, con el objeto de acercarse más a ese vasto manto de tejido universal.

"Si llego a saber la que me lían
me meto la astronomía por el ojete"

Casi simultáneamente a la aparición de esta ciencia, y con la intención de clasificar y organizar los numerosísimos cuerpos celestes de todo el espacio (curioso nombre, espacio), se comenzó a dar nombres y referencias a todos los que se hallaban: constelaciones, planetas (todos estudiamos en el cole la lista de planetas, por orden de proximidad al Sol, para, recientemente, dejarse de incluir Plutón en ella), estrellas, etc.
Parece lógico tener un seudónimo intergaláctico para referirse a algún cuerpo en concreto, situarlo, o hablar científicamente de él, si bien en la mayor parte de los casos se sitúan mediante simples y exactas coordenadas. Hasta aquí todo correcto. Lo que empieza a parecer extraño es que surjan empresas que se dedican a VENDER NOMBRES DE ESTRELLAS. Así es, no te venden la estrella, puesto que esto, aparte de ser un tanto ridículo, podría llegar a ser molesto e incómodo. (No me gustaría tener una estrella debajo de la cama, la verdad. Supongo que con tanta luz no podría dormir bien por las noches)













Por un módico (o no tanto, teniendo en cuenta que es una basura lo que te están dando) precio, una estrella de entre las millones que hay en el firmamento, puede tener el nombre que tu desees, ya sea el tuyo (ideal egocéntricos o personas con mucha autoestima), el de tu pareja (¿quién no quiere tener una estrella que ponga Ayoze X Guaci, o Kevin X Yaiza?), o el de tu propia empresa (apuesto a que Microsoft tiene un monopolio interestelar, o que hay alguna estrella con diseño sólido, cool, y sobre todo, muy minimalista que se llama iStar (de Apple, para el lentorro que no coja el chiste, ¿ves? ya perdió la gracia por explicarlo)
Estas compras vienen acompañadas, cómo no, de su "certificado de autenticidad", un mapa de la bóveda celeste para que busques tu tesoro para la eternidad, y quizás incluso una chapa bañada en oro para que te la cuelgues al cuello y recuerdes que en Dec. 38º 46' 57.56'' RA18h 36 m 53,33s tienes tu estrella Vega, o mejor dicho, "Armiche y Nisamar".


Quizás alguno de entre mis numerosos lectores aún esté pensando, bueno, en realidad no está tan mal, de hecho puede ser una idea atractiva, y me llama mucho la atención pensar que el día de mañana, si se coloniza hasta el cinturón de Saturno, alguien tenga que llamar sí o sí "Víveres Bryan" al lugar en el que vive. Pues te diré, queridísimo compañero de ratos, que la Unión Astronómica Internacional, fundada en 1919, es la encargada de poner nombre, clasificar, ordenar y en definitiva tener un criterio determinado para agrupar toda la chatarra estelar.

¿Qué quiere decir esto? Que si tu enorme bola de gas ardiendo a años luz tiene un nombre por el que has pagado 120 € (hay empresas que las cobran a 35 €, quizás sea alguna oferta o paquete ahorro estelar), los científicos y en general todo el mundo, se referirán a ella de otra forma. (por coordenadas, u otro nombre que les haya salido del telescopio)
De hecho, quien te vende el ponerle el nombre a la estrella te está vendiendo un montón de polvo. El que van a coger los folios de su archivo, en el que figura, eso sí, tu nombre, y probablemente el de trescientos idiotas más. En ningún lugar pone que ese nombre esté regulado, que sea el único con el que se va a conocer al objeto estelar, y que no puedan vender varias veces la misma estrella. (en una de las webs en las que estuve trasteando, podía elegir incluso cualquier estrella de las pertenecientes a los signos zodiacales... ¿es que son tan impopulares que no están cogidas ya?) Eso a su vez me lleva a otro razonamiento... si hay de momento, y aumentando a ritmo vertiginoso, unas doscientas mil millones de estrellas conocidas, y "tan sólo" seis mil millones de seres humanos en el planeta, ¿por qué no ponerle real y únicamente un nombre a la estrella? ¡Que lo pudieras comprar de verdad, y fuera conocida por toda la eternidad con ese nombre que has escogido!
Otra cuestión es la localización. Si. Por lo visto, no cuesta lo mismo una estrella que esté en la Vía Láctea que otra que esté a tomar por culo, si me permiten la ordinariez. Estó será como las clásicas conversaciones entre conocidos envidiosos:
-Hoooola Martita, ¿Qué tal? Ya te habrá comentado Braulio que compramos una estrellita, ¿no?
-Ay sí, nosotros tenemos una al ladito mismito de la Osa Mayor, nos salió por un buen pico, la verdad, pero merece la pena, hay unas vistas estupendas de la Tierra, y la tuya, ¿está tan bien situada?
-Bueno, no, la nuestra está en la NGC 4414, en la constelación Coma Berenices.
-¡Uf! Que lejos, ¿no?
-Bueno mujer, poco a poco. (y al marido) - Cariño, tenemos que comprar una en Andrómeda, YA, ¿qué se van a creer estos?

En fin, que como siempre, se hace negocio de todo, y uno muy lucrativo además, ya que estás vendiendo TINTA DE IMPRESORA, la que va a estar en los folios en los que pongan tu nombre (en el mejor de los casos)
¡Ojo! A raíz de esto, además, hay otro tipo de webs que aprovechan los listos de siempre, para, ofreciéndote el mismo producto, hacerte rellenar un formulario completo, sin pedirte ningún tipo de dinero, sólo dejándote un mensaje como: "Gracias por su pedido" Es decir, que te han cogido el correo electrónico (SPAM), y algunos datos personales (DNI, fecha de nacimiento, etc) para si encima suena la flauta y te quitan la cuenta, pues mejor. Sí, lo probé en una de ellas poniendo datos tecleados similares a estos:
Nombre: ojdaiosjajdosa
Apellidos:iojdaoijsajisa
Correo electrónico: Peter@Wilkinsonsword.com

... y me devolvió el mencionado "Gracias por su pedido" Toma pedido, cabrón, móntate aquí y pedalea hasta tu puta estrella.
A continuación encontrarán un pequeño listado con enlaces a páginas de este tipo, para que comprueben que no me lo estoy inventando todo, eso sí, no me hago responsable de los timos y robos de cuentas que se puedan producir si introduces datos verdaderos.





Lo dicho, que hoy en día se hace negocio de todo, y los más avispados son los que sacan tajada (como la iglesia, pero bueno, eso es material para 6 entradas más), en cualquier caso, yo ya he hecho cuentas, he llamado a TeleEstrella, y me he hecho con una preciosa enana roja, la he nombrado ChicoDeLasHistorias, y me ha salido una auténtica pasta, pero ha merecido la pena. Estoy al ladito justo de Brangelina, qué se van a creer éstos.


1 comentario:

  1. jajajaja! Es buenisimo! Lo mejor de todo es que se venden estrellas zodiacales y... estan TOOODAS libres!! sin ningun sentido... Nos hacemos una ligera idea del tipo de gente que caerá en timos asi.. ejem.

    Yo he estado buscando cosas raras que se hayan vendido por la web, y las dos más interesantes han sido las siguientes (texto copiado):

    1. El significado de la vida
    Alguien logró descubrirlo y crear un producto que ofrecer en los sitios de remate. Con varios interesados aún la oferta no prendió mucho. Quizás los US$ 3,26 que pedía el oferente llamaban a sospecha por tamaña respuesta.

    2. Fantasma en un tarro
    La historia dice que el vendedor encontró una vieja caja de madera mientras exploraba con su detector de metales. En su interior había dos tarros y un periódico. Se le cayó uno de los tarros, liberando una extraña niebla negra. El otro tarro junto con el diario se los llevó a casa y de ahí a los sitios de remate. El vendedor aseguró que luego fue perseguido por algo descrito como "La cosa negra". Deseando venderle el cachito a otra persona lo ofreció en eBay. El objeto se vendió a un postoador desconocido. A partir de ese momento surgieron más ventas de fantasmas.

    Sin sentido!

    Muy buena esta entrada! Espero que sigas escribiendo cositas asi!

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